Una red híbrida integra infraestructura local y servicios en la nube dentro de una misma arquitectura tecnológica. Su diseño requiere planificar la interacción entre entornos para asegurar conectividad, rendimiento y disponibilidad en toda la organización. La integración requiere analizar cómo se conectan los sistemas y cómo fluye la información entre ellos. Cada decisión técnica impacta directamente en la eficiencia y estabilidad de la red, por lo que el diseño debe ser preciso y planificado. Definir y estructurar correctamente cada capa de la red permite anticipar problemas y optimizar la operación desde el inicio del proyecto. Sigue leyendo y conoce estrategias concretas para implementar una red híbrida alineada con las necesidades del negocio.