El 2026 plantea un escenario cada vez más exigente para la infraestructura TI y para los equipos responsables de garantizar operaciones críticas. Cada decisión técnica debe responder a ritmos de negocio acelerados, donde la eficiencia y la disponibilidad son determinantes. Este contexto exige revisar cómo se gestionan los flujos internos del sistema, priorizando ajustes que fortalezcan la coordinación, reduzcan riesgos y optimicen el rendimiento operativo. El siguiente análisis ayuda a anticipar tensiones que pueden comprometer la continuidad del servicio y a comprender qué capacidades serán clave para lograr entornos más resilientes. Si deseas profundizar en estos desafíos y potenciar la estrategia tecnológica, continúa la lectura.