La gestión de infraestructura requiere un enfoque más integrado y automatizado. Las soluciones manuales o fragmentadas ya no son suficientes frente a la creciente complejidad de los entornos tecnológicos. Implementar inteligencia artificial (IA) permite automatizar tareas operativas, detectar anomalías en tiempo real y anticipar fallos antes de que afecten la continuidad del servicio. Este tipo de integración no solo mejora la eficiencia, también aumenta el control sobre los recursos disponibles. En este artículo analizamos estrategias específicas para optimizar la gestión de infraestructura con IA. Además, cómo se permite alcanzar mayor estabilidad operativa sin comprometer la escalabilidad.