Las flotas de impresión, cuando se gestionan sin monitoreo centralizado, pueden convertirse en un foco silencioso de ineficiencias operativas, sobrecostos y pérdida de control técnico. En entornos corporativos con múltiples sedes o áreas de impresión distribuidas, la ausencia de una supervisión integral limita la capacidad de respuesta ante fallas, dificulta la trazabilidad de consumos y obstaculiza la optimización de recursos. Este artículo analiza los principales errores que se cometen bajo una gestión reactiva y plantea soluciones escalables alineadas al soporte técnico especializado.